«Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo»
Ludwig Wittgenstein
Escribimos

Manifiesto

Al mundo se le han perdido muchas ideas por no haber sido dichas de la manera correcta. Estamos heridos de ambigüedad, tonos equívocos e implicaciones no advertidas. Y la única forma de sanar es usar bien la tinta. Por eso somos perseguidores del verbo preciso, reparadores de la oración dañada, traductores de las ideas encriptadas y creadores del argumento fuerte. Creemos que, sin el poder del lenguaje, ninguna conquista es posible. Desempolvemos sus posibilidades.