I love you, una estrategia infalible para no decir «te amo»

Por
Valeria
Farrés

A principios de mis épocas de ligue —que no están muertas, pero fueron interrumpidas por una pandemia— yo era una acérrima hablante del spanglish. Por favor, tomen en cuenta que hablo del 2011, época en la que hacíamos cosas muy raras. En mi caso, empleaba expresiones en inglés que no terminaba de entender. Sin embargo tuve una muy consentida: I love you. En mi mente quinceañera, y después de la traumática experiencia que les contaré, era una estrategia de ligue estupenda, porque dejaba a mi ligue en turno con la duda de: ¿habrá querido decir «te quiero» o «te amo»?

Mi primer consejo es que no le digan «te quiero» ni «te amo» a los ligues en turno, porque se asustan. Y mi segundo consejo va más o menos de lo siguiente: la ambigüedad del lenguaje es un arma de doble filo (muy divertida, a veces). Les voy a contar la vergüenza que pasé antes de entender que una misma palabra o expresión tiene distintos matices según el contexto.

Decir «te amo» es complicado. Y no lo sería si no hubiéramos tomado la decisión colectiva (por ahí del 2011, año catastrófico) de empezar a decir «te amo» muy a la ligera. Por ejemplo, a la niña que acabábamos de conocer en el campamento de verano y seguro, seguro, seguro, no iba a ser nunca nuestra BFF. Si en nuestra pubertad hubiéramos reservado la expresión para las escenas de películas que transmiten un amor profundo y puro. Pero como decidimos darle usos muy variados a esta expresión, la primera vez que salí con Eduardo, sin saber si era en plan de amigos o había interés romántico, se me ocurrió responder a uno de sus chistes con un «ay, te amo». Y entonces, lo que pudo ser un noviazgo de película, pasó a ser una forzada amistad. Hay que tener cuidado al emplear esta expresión que, después de un desgaste tremendo, tiene una amplia gama de acepciones.

Por obvias razones, nunca más he vuelto a decir «te amo» a alguien sin que me lo haya dicho primero. Me es menester haberlo escuchado, y saber qué matiz de «te amo» soltó mi interlocutor para poder dar una respuesta. Decir «wey, te amo» por WhatsApp es una expresión de risa o admiración, pero «te amo, wey» cuando viene de un borracho es la fuerte declaración que da inicio a la famosa neteada. Ninguno de los dos se parece a «te amo, Andrés» que es severamente romántico. Y si el «te amo» va justo antes de colgar el teléfono, no está en discusión que la relación es seria.

Como pueden ver, entre el incidente de aquella cita y el día de hoy, he estudiado los matices suficiente como para poder hacer uso de esta expresión responsablemente. Pero en el inter, tuve que recurrir al I love you. El razonamiento fue simple y poco elevado: I love you es «te amo» o «te quiero» según decida el traductor. Y mis traductores en aquel entonces eran pubertos de 17 que (como yo) no sabían contextualizar en otro idioma. Además, como ya dije, yo sentía que esta expresión evidenciaba mi cultísimo uso del inglés y sembraba en la conversación la incógnita de, ¿esto es un mundano TQM o es una confesión de amor eterno? No recomiendo para nada esta estrategia, pero si por motivos menos vergonzosos que los míos están evitando un «te amo» , siempre pueden decir I love you.

De todos modos estaría un poco de pena, porque ya no es 2011 y ahora somos adultos. Por eso les hice el favor, muy amablemente, de buscar en el Diccionario de ideas afines otras cosas que pueden decir para no decir «te amo». Ahí va una lista: «te aprecio», «te adoro», «te admiro», «te respeto», «te estimo», «te pretendo», «te anhelo», «te deseo», «te apruebo». Y hay más, pueden buscarlas. Lo evidente es que una palabra se hace ambigua cuando se usa demasiado mientras otras más precisas empiezan a acercarse al desuso. Pero, por favor, piensa antes de usar las palabras de la lista, porque no me puedo hacer responsable también de los ridículos ajenos. La misión de revivir expresiones como  «te pretendo» es importante; pero vamos con cuidadito, esa la revivimos hasta el final.

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