Queman
ahogan
liberan
y, a veces, b a i la n
las palabras.
Te comen
[cuando no son pronunciadas]
y pueden guardarse en cajones
y en gargantas
y aventarse por los ojos.
Las palabras están
y tantas cosas viven ahí
en el enunciado
como yo y tú y nosotros y lo que no pasó
y lo que sí
y el pasado
y la memoria
caben tantas cosas
ahí, en las palabras
cabe lo que sentí
y lo que aun no entiendo
y lo que duele
y sanan cuando se pronuncian
desde las entrañas.
En las palabras hay tanto
cabe mi vida
y la tuya
y la mía en la tuya
y los adioses
[algunos]
y el mañana
todos los mañanas.
Cabe t o o o d o. En las palabras cabe [casi] todo.
Se sienten
son armas
y degluten
la vida y lo que sentí
y lo que aun no entiendo
y lo que duele
y las ausencias
y sirven
son armas
para escupir
y esculpir
y señalar
y arden y se enredan
porque nombran
y arden y tiemblan y truenan
y casi todo cabe
yo entre seis letras
la jota y la i y la eme y la e y la ene y la a
encuentro tanto
por eso nunca
me
faltan